Frayle, “Heretics & Lullabies”.
Antes de empezar con esta reseña, seré sincero: es la primera vez que escucho a Frayle con especial atención. Desde que escucho heavy metal en sus muchas vertientes, siempre he encontrado un lugar cálido en ese ambiente rodeado de ritmos pesados y lentos envueltos en distorsión y rituales del Doom metal. Hace un par de meses me llamó la atención la estética visual de Frayle oriundos de Cleveland, esta banda ha sido elogiado como uno de los grupos de doom metal moderno más prometedores y conmovedores de la actualidad, impregnando su sonido con elementos eclécticos y reinventando su característico perfil sonoro espectral. Fusionando la pesadez del doom y de inspiración ocultista con la inquietante voz de la líder Gwyn Strang y las guitarras impactantes de Sean Bilovecky, la banda ha materializado plenamente su visión musical con su nuevo álbum “Heretics & Lullabies” del sello discográfico Napalm Records.
Aunque muy misterioso, Frayle revela su mundo con una pureza y una dulzura casi extraordinarias. “Heretics & Lullabies” nos hipnotiza de principio a fin, revelando sus capas de oscuridad como si fueran parte de un ritual. Producido, mezclado y masterizado por Aaron Chaparian, lleva al oyente a un viaje musical a través de música pesada y texturas impactantes, pero también lo envuelve en suavidad y belleza. Una pesada tranquilidad nos rodea desde los primeros momentos de “Walking Wounded”, el primer tema, que no solo cautiva nuestra atención, sino que también nos ofrece algunos buenos solos antes de dejar que Gwyn nos hipnotice su embriagadora voz. De repente, lanzan una versión de “Summertime Sadness” tan misteriosa que casi no parece una versión. Transforman esa melodía familiar en algo inquietante, convirtiendo la melancolía de Lana Del Rey en algo ritualista y fatalista. Boo” se siente como una sesión espiritista, mitad teatro, mitad amenaza. Tiene unos versos que parecen cantos (“Di mi nombre tres veces en el espejo, esto no acabará bien para ti, querida”). Te aviso, si eres como yo, esta canción se pone muy pesada. Luego está “Demons”, donde Gwyn le da la vuelta a la narrativa fatalista y se adueña del caos: “No saben lo que yo sé, soy un maldito monstruo”. Es venenosa y encaja a la perfección. “Souvenirs of Your Betrayal” y “Hymn for the Living”. Estos enhebran la línea de un tono más emocional. Puedes sentir el dolor detrás de cada palabra. “Just once I wanted you to be fear of losing me”. Es dolor envuelto en distorsión. “Heretic”. El cierre, “Only Just Once”, ralentiza todo a un susurro vocalmente. El instrumental aquí es estrepitoso y pesado y a veces domina las voces más suaves. Todo el álbum que para un oyente primerizo de Frayle puede ser difícil de escuchar en una primera tanda, pero vale la pena escuchar esta obra de arte ocultista.
“Heretics & Lullabies” es una escucha obligada para cualquier fanático del doom, y el post-metal, pero también un viaje fantasmal para cualquier fanático de la música pesada, ya que mantiene su borde accesible en todo momento. “Heretics & Lullabies” es un álbum brillante y muy bien ejecutado, es fantástico escuchar música tan única y generar entusiasmo por lo que está por venir.
por Simón F Carrillo