Por Simón F Carrillo

Los neoyorquinos Castle Rat generaron revuelo con su impresionante pieza de doom rock inspirado en la fantasía en “Into the Realm” de 2024. Un acto de doom metal, liderado por una mujer con trucos de espada y brujería y una inclinación teatral, descaradamente de la vieja escuela, el debut presentó una composición ajustada y contagiosa con suficiente estilo retro y con la arrogancia del heavy metal clásico.  Al igual que los precursores del Shock-Rock y sus compatriotas neoyorquinos KISS, entienden que la imagen y la estética tienen sus límites (a menos que seas Sleep Token) y que necesitas los himnos espeluznantes que le dan a una banda la fuerza para causar impacto visual y sonoro. Castle Rat con Riley Pinkerton liderando a sus compañeros secuaces regresan llenos de fuego y listos para lanzar su hechizo fatal por segunda vez. regresa rápido con su segundo álbum, “The Bestiary ” (del sello discográfico Blues Funeral Recordings).

Castle Rat comenzó con todo con su cálido y acogedor sonido retro, aunque presentando una reiteración más vivaz y fuerte del sonido establecido en el debut. “The Bestiary” es una entidad mucho más contundente y bulliciosa en comparación con el primer álbum. El galope acelerado de “The Bestiary” y el ardiente trabajo de guitarra se encienden alrededor de las sensibilidades de los suaves ritmos centrales de doom y los ganchos vocales predominantemente pegadizos.  “Wolf I”, “Wizard” y “Siren” mantiene la diversión, empleando ritmos tensos y voces seductoramente siniestras para lanzar su hechizo. Hay una simplicidad y un contagio fáciles de apreciar en la composición de Castle Rat que brillan cuando la artesanía de la banda está en su mejor momento.