“Aspiral”: un álbum diferente de Epica
por Simón F Carrillo
Reinvención. Sobre todo desde la perspectiva de la composición. Pero tengan la seguridad de que este sigue siendo el Epica que todos conocemos: la banda que nos trae explosiones de metal sinfónico, una narrativa impactante y, en general, una sensación cinematográfica envidiable. Son uno de los íconos de la escena y siempre marcan la pauta.
Quienes conocemos a Epica desde hace años sabemos que su genio creador, Mark Jansen, ha encontrado inspiración para cada una de sus obras en conceptos provenientes de diversas disciplinas y culturas, como la filosofía y la física cuántica. El término Aspiral, que da título al nuevo álbum de la banda, fue tomado de la escultura del artista polaco Stanisław Szukalski, quien creó esta obra partiendo del precepto de que el todo es mucho más que la suma de sus partes.
Por otra parte, Aspiral busca representar la unión del trabajo de cada integrante de Epica. A lo largo del álbum, todos tienen momentos para lucirse individualmente y demostrar que, en conjunto, pueden crear una obra brillante. Esto queda evidenciado en la sólida formación que la banda ha mantenido desde 2012 y en sus majestuosas producciones. Sin ir más lejos, en los últimos años la banda ha ofrecido espectáculos destacados como Omega Alive (2021), lanzado en plena pandemia, y Symphonic Synergy, ambos excelentes shows sinfónicos.
En Aspiral, la agrupación neerlandesa busca la perfección y se reinventa a través de sus canciones. Algunas son más directas, aunque sin prescindir de los elementos sinfónicos que caracterizan a la banda, como las cuerdas y los majestuosos coros. Por otro lado, hay temas con tintes teatrales en los que Simone Simons experimenta con distintos matices en su voz. También destaca la mayor presencia de solos de guitarra en comparación con álbumes anteriores.
El arte de la portada fue diseñado por el artista Hedi Xandt, quien previamente ha trabajado con otras bandas de metal como Rammstein y Ghost.
El álbum comienza con uno de sus primeros sencillos, Cross the Divide. Es llamativo que, por primera vez, la banda no abra su álbum con una introducción orquestal y majestuosa, lo que demuestra su deseo de reinventarse. Podría decirse que la canción tiene ciertas reminiscencias al estilo de Powerwolf, manteniendo en todo momento su velocidad y energía.
Le sigue Obsidian Heart, una balada en la que Simone brilla con su interpretación. T.I.M.E. es otro tema que ya habíamos escuchado como adelanto en Symphonic Synergy. Aporta elementos novedosos al estilo de Epica y puede resultar algo inesperado.
El álbum cierra con Aspiral, un gran final para esta producción. Comienza como una balada de piano en la que la voz de Simone se luce con su dulzura y poder, mientras coquetea con matices folk. Es interesante que, a lo largo del disco, apenas haya hecho uso de sus registros líricos, aunque esto no significa que no nos haya regalado su maravillosa interpretación. Este tema es la prueba definitiva de ello.
Casi al final, la canción cobra fuerza con arreglos de cuerdas y coros en los que participan niños, dando un cierre emotivo al álbum.
Lanzado bajo el sello Nuclear Blast, Aspiral es un trabajo excepcional que reafirma la capacidad de Epica para reinventarse y consolidar un sonido cada vez más personal. Este enfoque es, en parte, la clave de su éxito, y el motivo por el cual la banda se ha posicionado como uno de los principales exponentes del metal sinfónico a nivel mundial.